Repóquer con James y Modric
Se dio cuenta Cristiano de que, amores aparte, a quien echaba realmente en falta era a Modric y a James cuando ya llevaba cinco tantos anotados en su cuenta goleadora. Desde que el croata se reincorporó a la dinámica del equipo, la rapidez, el control y la seguridad en el dominio del balón hacen mella en la cuadratura táctica del conjunto de Ancelotti, que reconocía que Luka "es determinante como también lo es el movimiento rápido del balón. Él tiene la habilidad de cambiar el juego y de abrir el fútbol por las bandas". A esa mejoría se le sumó la vuelta de James, que nutrió de balones en forma de centros y pases medidos a los delanteros, avivando de nuevo esa vieja conexión entre él, Marcelo y Cristiano. Un Ronaldo que vuelve a ser pichichi consiguiendo por primera vez en su carrera profesional anotar cinco goles en un mismo partido, tres de ellos en ocho minutos, engrosando pues las cifras goleadoras del portugués: 300 goles en 287 partidos jugados. Por si fuera poco, la BBC mostró su mejor cara, añadiendo elementos para consumar la victoria. Bale abrió la lata -acumulando además 7 asistencias, más de las que llevan Neymar, Busquets e Iniesta juntos- y Karim hizo doblete. Así las cosas, el Granada, empatizando con los romanos que asistían a las consecuencias de la poción que tomaba Obélix, sólo pudo presenciar los goles en contra sin lugar a la defensa. Hasta en nueve ocasiones tuvieron que recoger los balones de las redes de la portería de un Bernabéu al que no le dio tiempo de molestarse ante la desaparición de Isco del once titular del Real Madrid.
Tres puntos en el casillero que no permiten ampliar la ventaja gracias a Vicandi Garrido, que se tragó un clamoroso penalti a favor del Celta en el partido contra el Barcelona, redondeando así un partido en el que brilló por su nefasta actuación arbitral. Un Barça espeso -volvió a ganar gracias a un cabezazo de Mathieu- que será valorado por "saber sufrir", olvidando aquello de jugar bien o mal.