Lituania: Kleiza y los fantasmas pasados
El equipo de Jonas Kazlauskas llega a Eslovenia con el objetivo de dar comienzo a una nueva era en la historia del baloncesto lituano. Más allá de las medallas, Kazlauskas pretende asentar las bases de un equipo en el que hay muchas caras nuevas pero que con un poco de experiencia pueden llegar a conseguir hitos importantes. Sin embargo, tras España, Francia y Grecia, los lituanos parten como cuartos favoritos para este Eurobasket.
Lo dicho anteriormente queda contrastado con las ausencias de veteranos jugadores como Kaukenas, Jasikevicius o Songaila. Pero pese a ello, la renovación incluye a jugadores que ya han dado el salto a la NBA -dígase Valanciunas o Montiejunas- y otros que deben coger el roll dejado por sus anteriores compañeros como Pocius, Kleiza o Maciulis.
Pese a la gran renovación hecha por Kazlauskas, los lituanos se plantan en Eslovenia con uno de los mejores juegos interiores del campeonato. Los hermanos Lavrinovic, que parece que han visto la luz al final del túnel con Jonas; Kleiza, que, pese a su irregularidad, parece haber aumentado su nivel y los jóvenes NBA, Valanciunas y Montiejunas, aseguraran intimidación y capacidad reboteadora al combinado lituano.
Sin embargo, esta regeneración de Kazlauskas tiene un 'pero': carencia de juego exterior y de un base que asuma el liderazgo a la hora de llevar el juego. La cabeza loca de Kalnietis -gran año en el Lokomotiv de Moscú aunque sin ser el líder- hace que las expectativas en este aspecto no sean muy altas. Además, los pocos minutos a lo largo del año de un hombre clave para esta selección, el ex madridista Martynas Pocius -debido a lesión- hace que el juego exterior carezca de jugadores de garantías.